2020-01-05

RECUERDOS DE TALAVERA LA VIEJA (Parte 1ª)


      Hace varios meses, removiendo unos cajones con motivo de unas obras en mi casa, me encontré una carpeta con un trabajo sobre la desaparecida localidad de Talavera la Vieja que había realizado allá por el año 1981 cuando cursaba estudios de Magisterio. 

     Tras sacudir un poco el polvo de los folios que contenía el mismo, los ojee y me pareció que podría ser interesante compartir su contenido con aquellos amigos  talaverinos y no talaverinos que siguen y leen este blog de "Tiétar: 50 años de historia", Por ello me puse a actualizarlo y a incluir algunas fotografías, - unas de mi archivo personal; otras facilitadas por amigos y algunas encontradas en Internet -  que hicieran mas atractiva su lectura.

     Resultado de lo anterior, es esta primera entrada, que os dejo a continuación, de los tres primeros epígrafes. Espero la disfrutéis. Un abrazo


     TALAVERA
     
         LA
           
           VIEJA

                               -----


               Autor: Juan José Pulido Vega.
                Cáceres,  mayo de 1981


          Í N D I C E:

                  01.- Introducción

                    02.- Situación geográfica.

                         03.- Los Mármoles

                   04.- Otros restos de interés

                   05.- Los cuadros del Greco

                            06.- La Iglesia

                          07.- Costumbres

             08.- Fiestas populares: Las bodas

                 09.- Evacuación del pueblo

             10.- Poesías de Pablo Fernández



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  01.- INTRODUCCIÓN

Bajo las aguas del río Tajo, en su recorrido entre las localidades de Peraleda de la Mata y Bohonal de Ibor, se encuentran los restos de un pueblo lleno de historia.
    
Desde el gran puente que une las orillas del río, ensanchado por el embalse de Valdecañas, puede verse no muy lejos, cuando las aguas están bajas, restos de las paredes de la Iglesia o de alguna casa derruida.
         
Para llegar a la orilla del embalse es preciso acercarse a Bohonal de Ibor, seguir camino de Peraleda de San Román y coger un desvío que atraviesa la finca denominada 'Las Fragüelas", hoy (año 1981) propiedad del torero Ángel Teruel y - en otros tiempos - de D. Álvaro Díaz.

 A no más de un centenar de metros, las únicas paredes supervivientes se levantan orgullosas sobre las aguas. Fueron las que se resistieron a caer; incluso las pesadas maquinas que se llevaron al pueblo con el fin de tumbarlas, tuvieron que regresar a su lugar de origen sin haber logrado, con plenitud, su objetivo.

En la orilla del río, las piedras medio bañadas por las aguas y esparcidas por el suelo, acogen entre ellas, los huevos de los peces que “desovan", descuidados de los escasos visitantes, siempre dispuestos a romper la monotonía del lugar.

Cuando se vacía el embalse,  son muchos los Talaverinos que se acercan a su pueblo, en ruinas, para -deambulando por las destruidas calles-  recordar vivencias, rezar alguna oración por los antepasados que allí yacen, o ¿Quién sabe? dejar caer alguna lágrima al recordar alguna vivencia pasada.
                                                                                             
 En mi búsqueda de datos, me acerque a Rosalejo, pueblo éste de los llamados de Colonización, en el que la mayoría de sus habitantes son Talaverinos - nombre con el que ellos mismo se autodenominan – y donde se reubicó a la mayor parte de la población expulsada de Talavera la Vieja.
 
En esta localidad, Manolo y su mujer regentan un bar. Tenían aproximadamente 20 años cuando tuvieron que abandonar su pueblo. Ellos la denominan Talaverilla. Conversamos largo rato. Rápidamente, casi sin preguntar, comienzan a contar historias, leyendas y a describir sus innumerables costumbres.

Parece ser - me decían - que los archivos del pueblo se encontraban muy repartidos. Se conservan parte de ellos en Bohonal de Ibor; parte en Peraleda de San Román y otros, de carácter más religiosos, en la Diócesis de Toledo, a la que pertenecía el pueblo.

Me cuentan que los visitantes, no muchos, llegaban al pueblo movidos, principalmente, por la curiosidad de ver los tres cuadros de "El Greco"  que el cura D. Julio,  guardaba celosamente en su casa.

Destacaban entre sus monumentos, la columnata, la muralla romanas y la iglesia, entre otros.

Talavera la Vieja era en sí misma un documento histórico, un pueblo que durante generaciones acogió en su seno civilizaciones tan lejanas en el tiempo como la Cartaginesa, la Romana, la Árabe o la Medieval.

Fue un pueblo destruidos varias veces y por diferentes motivos, lo que ha dificultado su estudio por parte de los historiadores.  Consecuencias de estas destrucciones son la desaparición de restos, documentos y edificaciones. Sin embargo, no es justificación suficiente para que un pueblo que conserva bajo las aguas del río Tajo restos de columnas romanas, tumbas árabes, murallas,  inscripciones, vías, termas, cillas, puentes, un castillo, una iglesia románica, monedas… no fuera  explorado de una forma responsable y con el interés histórico del que era merecedor.


      
              El pueblo tenía unas 450 viviendas y alrededor de 60 edificios destinados a otros uso 


      
                                                                   Calle de Talaverilla
 
                      
      
                                                                            Plaza del Rollo

No quisiera enjuiciar erróneamente el escaso interés que, desde mi punto de vista, se tuvo por estudiar, restaurar y conservar estos restos. Quizás fueran varios los factores a tener en cuenta para que se realizaran tan pocos estudios sobre este pueblo. Por una lado, una población con un escaso desarrollo cultural, pasivo y rural, propio de la época, que desconocía el valor real de aquellos restos arquitectónicos, usados en múltiples ocasiones para cubrir sus necesidades básicas, como por ejemplo, las columnas romanas que se utilizaron como pilares de las viviendas y que fueron revestidas con lucidos de cemento. Por otro lado, me atrevo a decir, que existió un gran desconocimiento de los historiadores y de las entidades provinciales competentes, del valor cultural del lugar, lo que hizo que los estudios y las investigaciones sobre el mismo, fueran casi inexistentes.
                                                     
                                   
    

              Vista aérea de Talaverilla


    02.- SITUACION GEOGRÁFICA

Talavera la Vieja se encontraba situada en la margen izquierda del río Tajo, entre los pueblos de Bohonal de Ibor, Peraleda de San Román y Berrocalejo. Dista del límite con la provincia de Toledo solo varios kilómetros. Al norte, en la otra parte del río, está Guadalperal y, no muy lejos, siguiendo el curso del río, se encuentra Peraleda de la Mata.

Situada en la vía romana que unía Toledo con Mérida, procedente de Zaragoza, tiene al sur el río Gualija que va a desembocar al río Tajo. Al sur de esta desembocadura se encontraban los Baños de Alija. No muy lejos el Castillo del mismo nombre. Siguiendo contra corriente el Gualija está la finca el Berrocal. Muy cerca de ésta, había un puente que unía las orillas del río y por donde pasaba la calzada romana que llevaba, en esta dirección, a Toledo.

Al norte de la desembocadura del río Gualija, a medio kilómetro, aproximadamente, terminaba el camino de Los Molinos que unía el Tajo con Talaverilla, y en cuya terminación parece ser existió una Villa Romana.

El camino de Gualija estaba situado entre el de Los Molinos y la calzada romana y unía Talavera la Vieja con los baños de Alija. La distancia a los Baños desde el pueblo era aproximadamente de 2 kilómetros.

Al oeste del pueblo y camino de Bohonal de Ibor, casi paralela al río Tajo, continuaba hacia Mérida, la calzada romana.

Existía al norte del pueblo, junto al río, un gran acantilado - ocasionado por la erosión de las aguas. Los habitantes del lugar dicen que era muy fuerte, pues en pocos años aumentó en varios metros la pendiente.

           
   

                                                             Mapa actual de la zona

En el centro del río existían algunas islas a las que se llegaba con barcas que continuaban hasta la otra orilla donde estaba situada la finca "El Guadalperal" propiedad del Duque de Peñaranda.

Continuando con la búsqueda de datos o documentos que me pudieran resultar interesantes para la realización de este trabajo, encontré un antiguo compañero de estudios de bachillerato que me dijo poseer una copia de las relaciones topográficas de los pueblos de España, entre los que se detallaban las características de Talavera la Vieja.

Las Relaciones Topográficas es una fuente documental para estudiar los pueblos de los antiguos reinos de España, en el siglo XVI, entre ellos los de la entonces denominada Provincia de Extremadura. Fueron catalogadas, contadas y agrupadas por el padre Miguélez a comienzos del siglo XX.
Igualmente, por el mismo compañero, me fue facilitada una copia de la crónica publicada en el diario "Extremadura" de Cáceres el 29 de Enero de 1950, de la que es autor D. Alfredo Reguera. 

No podemos dejar de pensar, una vez leídas estas copias, que Talavera la Vieja no fue un pueblo más. Como decíamos al principio, fue un enclave  lleno de historia. Siguiendo la recopilación de datos y entrevistas con algunos de los que fueron sus habitantes, hemos optado por dos de sus aspectos fundamentales:

Uno: Lo artístico y cultural: Arquitectura, pintura, restos en general y
Dos: Lo popular: Leyendas, historias, anécdotas, fiestas…

He buscado, entre mis conocidos, a antiguos habitantes de Talaverilla que me aportaran datos sobre esas cuestiones y aunque han sido muchos los que, de una u otra manera, han colaborado, destacan D. Javier Carbonero y D. Domingo Manzano, por sus amplios conocimientos de la riqueza cultural de su pueblo, así como de sus fiestas y costumbres.

 En el desarrollo que a continuación se detalla, se entremezclan datos de unos y otros. También se recogen algunas definiciones dadas por enciclopedias, libros y otros textos que hablan de Talaverilla.


           03.- L0S MÁRMOLES

"Excepcional es la elegantísima columnata de Talavera la Vieja pórtico de templo o edificio público, cuyas columnas de más de un metro de diámetro, cobran esbeltez por la enorme altura, radicando su mayor importancia en el empleo conjunto del arco y de la construcción arquitrabada, que los romanos aprendieron de los griegos”  - Conde de Canilleros –

Los Mármoles, que así denominan los Talaverinos a la columnata romana, parece ser que son restos de un edificio público.

Frente a las seis columnas de gran tamaño se levantaban los asientos en forma semicircular, similar al Cávea o Graderío de los teatros romanos. Estos asientos, en su parte trasera, eran sujetados por columnas de menor tamaño. La distancia entre lo que parecía una escena y las columnas que sujetaban el Graderío oscilaba entre 25 y 30 metros.

     


    
                               La columnata romana en su antiguo (arriba) y en el actual (abajo) enclave
                        
    Según la descripción del escribano José Díaz, existían en 1578 seis columnas ochavadas con un arco de medio punto. La altura, nos dice, es de seis estados. Sin embargo, actualmente puede comprobarse que no son seis sino siete los estados que componen cada columna, además de la base y del capitel.

Nos describe, igualmente, otras tres columnas de iguales características aunque de distintas dimensiones, situadas a unos 15 o 20 metros de las anteriores. Estas serian las que sujetaban el Graderío.

Se encuentran las seis columnas levantadas sobre un lateral de una planta rectangular, casi cuadrada, formando un basamento con un solo acceso y que se encuentra entre las dos columnas centrales. Las esquinas, tanto del arquitrabado como del basamento, están toscamente labradas.

Las estrías de las columnas estaban decoradas con azulejos o cerámica de diversos colores, restos que han podido verse hasta no hace mucho tiempo. Fue esta brillantez, ocasionada por los azulejos, la que dio origen a la denominación de "LOS MÁRMOLES". Parece ser que este tipo de decoración era de origen Corintio.

Augustóbriga se encontraba en la vía romana que unía Zaragoza, Toledo y Mérida. Es posible que, debido a la situación inmejorable  que tenía el lugar, los romanos acampasen en sus viajes, junto a la orilla del rio. Parece ser que el crecimiento de este campamento, convertido en permanente, dio origen a la ciudad de Augustóbriga.

Es igualmente significativo el hecho de que en el mismo lugar ya había existido otra ciudad, cartaginesa, y destruida por causas desconocidas, que se llamó Évora la Carpetana. Se supone que la  buena situación geográfica y posible aprovechamiento de los restos de las construcciones anteriores, dieron origen a la ciudad romana.

Hasta hace 20 o 25 años se ha podido leer en una piedra grabada y situada en la iglesia la siguiente inscripción: "A Cayo Tulio hijo predilecto del senado de Augustóbriga"  ¿Fue Augustóbriga ciudad con Senado propio? Ahí está la inscripción.

Nos afirma Javier Carbonero, sin lugar a duda uno de los mejores conocedores de Talaverilla, que poseía la ciudad un Foro, lugar éste donde se levantaban Los Mármoles.

Parece ser, nos cuenta, que bajo las seis columnas se colocaban las autoridades romanas y en el Graderío, el pueblo.  Allí se discutían los problemas y se daban soluciones a los mismos.






                                                                                             Otras dos fotografías de Los Mármoles, en su antiguo (arriba) y en su nuevo emplazamiento (abajo)

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